Esta pirámide es una propuesta del psicólogo Abraham Maslow, donde describe cinco niveles de necesidades del ser humano. La pirámide no es un camino lineal, sino una guía flexible que te ayuda a alinar tus metas con tu bienestar integral. En este artículo describiremos cómo cada nivel de la pirámide puede ser una etapa para construir una vida plena, integrando lo personal y lo espiritual.

La Base: Necesidades físicas y la salud como fundamento
Antes de aspirar cualquier cosa, debes asegurar que tu cuerpo y mente estén en equilibrio. Las necesidades básicas como la alimentación, el descanso, la salud física, son la base sobre la cual construimos nuestra vida. Sin ellas, el resto se convierte en un deseo nublado por la necesidad de estar y sentirnos bien.
Resolver nuestras necesidades físicas, como alimentarnos saludablemente, descansar, cuidar de nuestro cuerpo, eliminar vicios. Son un buen ejemplo de establecer objetivos en el área física.
Segundo nivel: Seguridad y estabilidad
Sentirnos seguros, tanto material y espiritualmente, nos permite explorar la vida sin miedo ni restricciones. Tener un refugio seguro, contar con lo necesario para nuestro sustento, es parte de lo necesario para nuestro desarrollo personal. Así pues, si priorizamos nuestro bienestar diario, ahorro y planificación para el futuro, a la vez que aceptamos lo que no podemos controlar, nos podemos enfocar en las cosas que sí podemos cambiar para nuestra seguridad y estabilidad.
Tercer nivel: Pertenencia a la Sociedad y Afiliación
La pertenencia a una comunidad o a una causa, te dá sentido y propósito. Piensa en tu círculo de personas, el papel que cumples en ella y cómo puedes ayudar a tu familia, a tu comunidad, a tu sociedad. En este proceso, cultivar relaciones auténticas, con sentimientos auténticos hacia los demás, reconociendo el valor que tienen todos, incluyéndote, para la mejora del entorno y de la sociedad. Establecer objetivos que contemplen la cooperación de nuestros aportes a las demás personas, a la ayuda mutua y a la evolución de la sociedad, nos hará integrarnos de una forma efectiva e inspiradora.
Cuarto nivel: Estima y Autoconfianza
El siguiente peldaño es la estima hacia uno mismo y los demás, como base para la autenticidad. Sin ella, te sientes inseguro y se te dificulta ver tu verdadero yo y la conexión con lo espiritual a través de los demás. Teniendote estima y hacia los demás, te dás cuenta que nadie es inferior a otro, que eres tan valioso como cualquier persona, y reconoces las fortalezas y las áreas de crecimiento sin juzgar a otros. Establece un punto donde tú y las personas a tu alrededor se sienten bien consigo mismos, y reconocidos por lo especial que son.
Cima: Realización personal y Espiritual
La cima de la pirámide es la realización plena, el equilibrio entre lo personal y espiritual. Aquí tus metas no son sólo lograr, sino vivir en armonía con tu verdadero yo. Lograr tus objetivos se convierte en tu forma de vivir, dejando en tu camino los frutos que solo los iniciados en el camino virtuoso pueden ofrecer. A través de la autorrealización, nuestra conciencia retorna a la fuente de todas las cosas, y cumplimos nuestro deber de hacer consciente nuestro objetivo más grande, y es que nuestra vida tiene un propósito que trasciende más allá de lo temporal.
De esta forma, tenemos nuestro primer mapa para establecer nuestros objetivos y definir nuestro camino de vida. Una herramienta muy útil para orientarnos hacia nuestro potencial más allá de lo que imaginamos, y, finalmente, alineándonos con el orden divino. Integrando lo personal y lo espiritual en un viaje hacia la autenticidad y la autorealización.