Establecimiento de Objetivos

Imagina que tienes 15 segundos para cumplir un deseo. ¿Qué pedirías? La mayoría de nosotros, al pensar en esto, limitamos nuestra visión. Quizás pediríamos una fortuna, una relación perfecta, o una vida sin problemas. Pero al reflexionar, nos damos cuenta de que estos deseos son fragmentos de un todo mayor. La verdadera sabiduría no está en pedir algo específico, sino en alinear nuestro deseo con la estructura del universo y la divinidad que lo sostiene.

El universo no es un caos, sino una red de interconexión. Cada estrella, cada átomo, cada pensamiento humano está en armonía con una ley universal: la causa y efecto, la interdependencia, y la intención consciente. Somos causantes de cosas, también somos el resultado de otras, todas las cosas que existen, incluídos nosotros, tenemos un motivo de estar, y un propósito. Somos parte de un todo, únicos e irrepetibles, el universo mismo depende de nuestra existencia, si no estuvieramos no fuera el mismo universo, y nosotros formamos parte de todas las demás expresiones del universo. Y como humanos, contamos con la intención, curiosamente los científicos están explorando como a través de nuestra intención afectamos la realidad, hasta el punto de que algunos piensan que toda la creación existe, por que nosotros la observamos con intención.

Encontrar nuestros objetivos, es un paso fundamental para iniciar las fuerzas del universo y para orientarlas en el sentido de nuestra realización. Digo encontrar, por que ya están allí, así como la vida es algo que tenemos con nosotros, un impulso a seguir respirando, a querer nuestro bienestar, el de nuestros seres queridos, así están en nuestro interior nuestros sueños y es nuestro deber traerlos al mundo, en forma de objetivos para cumplirlos.

A través de nuestra intención bien definida, alineando nuestras acciones con el orden superior del universo que reside dentro de nosotros, convertiremos esos objetivos en herramientas para transformar la vida, cultivar la gratitud y descubrir que nuestro potencial está mas cerca de lo que imaginamos, en constante evolución junto con nosotros mismos.

Así pues, en este primer paso te invito a explorar lo más profundo de tí, puede que lo primero que encontremos no sea lo que buscamos, incluso podemos encontrarnos con algunas barreras internas que nos hemos impuesto por mucho tiempo, pero a través de la práctica, lograremos atravesarlas y mirarnos de una forma totalmente nueva, con toda nuestra capacidad y así establecer objetivos que no serán solo metas, sino lo suficientemente relevantes como para pensar que no está en tus manos poder lograrlo, pero sí con la guía y apoyo de Dios y el universo. Definiendo tu propósito a través de tus objetivos.

Este propósito debe estar acompañado de un deseo ferviente por lograrlo, cuando encuentres un objetivo, pregúntate si te emociona, si te apasiona y si dedicarías la vida a eso. Normalmente, estos propósitos están acompañados de principios de fé, confianza en el orden divino, son nuestros anhelos envueltos en una certeza de que no sabemos cómo, pero sabemos que merecemos y podemos lograr ese cometido.

Una pista para encontrar estos sueños valuables, es el servicio a los demás. Cuando deseamos algo bueno, suele ser fácil pensar en algo mejor si lo extendemos a los demás, hacia nuestros seres queridos, a nuestro entorno, a nuestra sociedad. De esa forma no creamos un ciclo de buenas intenciones, que mientras mejoramos mejoran los demás, si no que encarnamos la escencia de la divinidad, la interdependenia y el amor universal. Por supuesto, esto teniendo efecto directo sobre nuestros objetivos y camino.

Sabiendo esto, pasaremos a enunciar (poner en palabras) nuestros objetivos. Estos enunciados deben tener al menos las siguientes partes:

  • Título: Una forma de llamar nuestro objetivo, corta y consisa. Por ejemplo:
    • «Lograr mi independencia financiera»
    • «Tener un hogar y una familia»
    • «Mejorar mi salud a través del ejercicio»
  • Descripción: En esta, describiremos cómo nos vemos y sentimos con el objetivo realizado. También, cómo afectamos a nuestro entorno y a la sociedad. (en forma de afirmaciones en tiempo presente)
    • «Tengo suficientes ingresos para cubrir todas mis necesidades y la de mis seres queridos, puedo emprender nuevos proyectos que ayudan a las personas a solucionar problemas como la pobreza, el hambre, la inseguridad. Mantengo mis valores y humildad de forma que inspiro a las personas que me rodean a alcanzar sus sueños como yo lo hice y sigo haciendo.»
    • «Tengo una casa propia, solvente. Con suficiente espacio para mi esposa, mis hijos, mis mascotas y amigos o familiares que me visiten. Es acogedora, vivimos en paz y prosperidad. Acogemos al necesitado, recibimos y damos amor a las personas a nuestro alrededor. Es un nido donde criamos a personas que aportarán buenas cosas al mundo, donde los valores y el amor son la base de todo lo que hacemos.»
    • «Soy una persona saludable, enérgica, con voluntad de despertar todos los días y ejercitarme al menos 30 minutos. Mi vigor es motivo de alegría de las personas que me aman, e inspiración de los que me rodean. Veo día a día cómo mejoro mi desempeño, cómo mi cuerpo se regenera y hace más fuerte, más resistente. Soy hogar de la buena salud y de la vida. Mi cuerpo es un templo, que cuido y amo.»
  • Medible: Debemos establecer una medida para lograrlo. Algún indicador que nos diga en donde estamos y cómo vamos. Por ejemplo:
    • Lograr ingresos mensuales pasivos por 2000$.
    • Juntar 80.000$ y comprar mi casa.
    • Ejercitarme 30 minutos al día.
  • Alcanzable: También, estableceremos una fecha límite para cumplir nuestro objetivo. Esto nos mantendrá enfocados y avanzando constantemente para poder lograrlo, en 3, 5 o 1 año.

Por último, y no menos importante, debemos cultivar el sentimiento de gratitud en cada momento de nuestra vida. Desde el instante en que establecemos nuestros objetivos, encontraremos innumerables razones para agradecer. Primero y fundamentalmente, estar vivos es un regalo y la primera y más profunda oportunidad de expresar gratitud. Cada experiencia, ya sea positiva o difícil, nos ha enseñado, nos ha transformado y nos ha llevado hasta el punto en el que hoy nos encontramos.

Estamos en un momento de la humanidad donde miles de héroes silenciosos —personas anónimas, amigos, familiares, maestros, incluso extraños— han construido el camino que hoy nos permite crecer personal y espiritualmente. Es un acto de justicia y humildad agradecerles a todas las cosas y a todas las personas que han contribuido a nuestra existencia. La gratitud no debe ser solo un sentimiento interior, sino una acción consciente.

Recordemos siempre sentir el agradecimiento, pero también expresarlo mediante el apoyo y la colaboración con quienes nos rodean. Al ayudar a los demás, no solo fortalecemos nuestras propias raíces, sino que también aportamos al tejido de la comunidad, creando una cadena de bienestar que trasciende lo individual. En resumen, la gratitud es el fundamento de una vida plena. Agradece, actúa y contribuye: así construimos un mundo donde la interdependencia y el amor universal no son solo ideales, sino prácticas diarias.